MANIFIESTO A LA COMUNIDAD ACADÉMICA INTERNACIONAL

Nosotros, investigadores y profesores universitarios brasileros, nos dirigimos a la comunidad académica internacional para denunciar un grave proceso de ruptura de la legalidad actualmente en curso en Brasil.

Después de importantes avances sociales en los últimos años, Brasil continúa siendo un país profundamente desigual, con un sistema político marcado por elevados niveles de clientelismo y corrupción. La influencia de las grandes empresas en las elecciones, por medio del financiamiento privado de campañas, provocó sucesivos escándalos de corrupción en los que está implicada toda la clase política.

El combate contra la corrupción se volvió un clamor nacional. Los órganos de control del Estado han respondido a esta exigencia y, en los últimos años, las acciones contra la corrupción se intensificaron, comprometiendo a la elite política y a grupos empresarios.

Sin embargo, hay una instrumentalización política de ese discurso, que busca desestabilizar a un gobierno democráticamente electo para profundizar la grave crisis económica y política que atraviesa el país.

Uno de los epicentros desde donde se instrumentaliza la crisis y se desestabiliza al gobierno está vinculado a sectores de un poder que debería celar por la integridad política y legal del país.

La llamada “Operación Lava Jato”, dirigida por el juez de primera instancia Sérgio Moro, que desde hace dos años centraliza las principales investigaciones sobre corrupción, ha sido enturbiada por el uso constante e injustificado de medidas que la legislación brasilera establece como excepcionales, tales como la prisión preventiva de acusados y la conducción coercitiva de testimonios. Las prisiones arbitrarias son abiertamente justificadas como forma de presionar a los acusados para obtener imputaciones contra supuestos cómplices. Hay un vaciamiento permanente y selectivo de la información de estos procesos  en los medios de comunicación. Existen indicios de que las operaciones policiales son combinadas con vehículos de prensa, a fin de ampliar la exposición de los implicados. Hasta la Presidenta de la República fue víctima de escuchas telefónicas ilegales. Los medios de comunicación divulgaron públicamente trechos de escuchas, tanto legales como ilegales, incluso en casos en los que solo trataba de asuntos personales sin cualquier relevancia para la investigación, con la exclusiva intención de perjudicar a determinadas personalidades públicas.

Las denuncias que emergen contra los líderes políticos de la oposición han sido en gran medida desplazadas de las investigaciones y silenciadas por los vehículos hegemónicos de prensa. Por otro lado, aunque no pese ninguna denuncia contra la Presidenta Dilma Rousseff, la “Operación Lava Jato” ha sido usada para respaldar la tentativa de juicio político en curso en la Cámara de Diputados – que es conducida por el Diputado Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados y opositor, acusado de corrupción e investigado por el Consejo de Ética de esa casa legislativa.

Cuando la forma de proceder de las autoridades públicas choca con los derechos fundamentales de los ciudadanos, atropellando reglas liberales básicas de presunción de inocencia, igualdad jurídica, debido proceso legal, derecho a réplica, principio de contradicción y derecho a la defensa, es preciso tener cautela. La tentación de fines nobles es suficientemente fuerte para justificar atropellos procedimentales, y ahí reside un enorme peligro.

El juez Sérgio Moro no se encuentra en una situación de imparcialidad necesaria para continuar al frente de las investigaciones en curso. El combate a la corrupción precisa se hecho dentro de los estrictos límites de la legalidad, con respeto a los derechos fundamentales de los acusados.

El riesgo de ruptura de la legalidad, por una asociación entre sectores del Poder Judicial y medios de comunicación históricamente alineados con la oligarquía política brasilera, en particular la Rede Globo de Televisão – que apoyó a la dictadura militar (1964-1985) y fue su principal vehículo de sustento -, puede comprometer a la democracia brasilera, llevando a una situación de polarización y de agresiones sin precedentes.

Por eso, queremos pedir la solidaridad y el apoyo de la comunidad académica internacional, en defensa de la legalidad y de las instituciones democráticas en Brasil.


OPEN LETTER TO INTERNATIONAL ACADEMIC COMMUNITY

We, professors and researchers from Brazilian universities, address to the International Academic Community to report a serious breaches of law that is taking place in Brazil right now.

After a long history of coups and after a violent military dictatorship, our country has been living, until today, its longest period of democratic stability – under the aegis of 1988’s Constitution, which highlighted a number of individual and civil rights.

Despite all the social changes we experienced in the past years, Brazil remains a deeply unequal country, with its politics marked by a sustained level of patronage and corruption. The influence major companies had in elections, using private campaign funding, led to consecutive corruption scandals that have been hitting all politicians.

The fight against corruption became a national outcry. State agencies of control have answered to this demand and, in the last few years, many anti-corruption measures have been intensified, hitting the major companies and the political elite

However, there is an exploitation of this agenda in order to destabilize a democratically elected government, in such a way that there is a deepening of the current economic and political crisis in our country.

One of the epicentres that exploits and destabilize the government comes from segments of a power that should watch for political and legal integrity of our country.

The so called “Operação Lava Jato”, driven by a judge from the first instance, Sérgio Moro, that for the past two years centralizes the leading investigation against corruption, have been tarnished by the unjustified and constant use of measures that the Brazilian legislation establish as exceptional, such as pre-trial detention and “coercive condution” of witnesses. The arbitrary detentions are openly justified as a form of constraint against accused and obtain plea bargain against allegedly accomplices. There is a permanent and selected leaking of cases to the media. There is evidence that police operation are arranged with main press, in order to amplify the reaction against its targets. Even the President was targeted by illegal wiretap. Excerpts of wiretaps, legal and illegal, have been presented to the press for public disclosure, even though they treated only personal matter with no relevance whatsoever for the investigation, with the exclusive intention of embarrassing specific politicians.

Complaints against leaders of political parties against the government have been disregarded and silenced by the main press. On the other hand, although there is no complaint against President Dilma Roussef, the “Operação Lava Jato” have been used to support the underway impeachment at the House of Representatives – which is led by congressman Eduardo Cunha, Speaker of House of Representative and opposition to the government, accused of corruption and being investigated by Ethics Comitee of the same House

When procedures of public authorities bump into fundamental rights, running into basic liberal rules like presumption of innocence, equality, legal proceeding, adversarial proceedings and full defense, caution must be exercised. The temptation of noble ends is strong enough to justify procedural breaches and there lies an enormous danger.

Sérgio Moro does not have the necessary exemption and impartiality to continue as responsible for current investigations. The fight against corruption needs to be led inside strict legal boundaries with respect to fundamental rights of defendants.

O risco da ruptura da legalidade, por uma associação entre setores do Poder Judiciário e de meios de comunicação historicamente alinhados com a oligarquia política brasileira, em particular a Rede Globo de Televisão – apoiadora e principal veículo de sustentação da ditadura militar (1964-1985) -, pode comprometer a democracia brasileira, levando a uma situação de polarização e de embates sem precedentes.

The risk of breaking legality by a relationship between segments of Judiciary Power and media and press, historically aligned with Brazilian political oligarchy, in particular Rede Globo de Televisão – supporter and main vehicle of Brazilian military dictatorship (1964-1985) – might compromise Brazilian democracy, leading to a polarized situation and unprecedented clashes.

For the reasons stated above we would like to ask for solidarity and support from international academic community in defense of legality and in defense of democratic institutions in Brazil.




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