Luis Ramiro Beltrán: el periodista, el académico, el ser humano es el título del especial digital que el Ciespal preparó sobre el reconocido periodista y teórico boliviano de la comunicación. El trabajo disponible en la web recoge su aporte y bibliografía.

Quien conoció a Luis Ramiro Beltrán o se relacionó con él a través de su obra, lo señala como un grande y lo reconoce como el pionero de la Escuela Latinoamericana de Comunicación, inicia el artículo que puede leerse en el sitio media.ciespal.org.

Se resalta a Beltrán como un “boliviano, luchador, rebelde, defensor de los derechos de la comunicación y de su democratización para favorecer a los menos beneficiados” que “siempre consideró a la comunicación como un elemento de integración, postura entendible, pues por sus venas corría tinta de imprenta”, respecto a que fue hijo de Luis Humberto Beltrán y Bethsabé Salmón, ambos periodistas.

El especial habla también sobre su actividad en esa profesión, que empezó tempranamente en medios impresos. Tan solo con 12 años formó parte del equipo de redacción del diario La Patria de Oruro y después en LA RAZÓN de La Paz. Además, fue guionista del documental Vuelve Sebastiana, que trata sobre la cultura de los chipayas. El filme fue ganador de varios premios y es considerado como referencia de partida del nuevo cine latinoamericano.

Beltrán fue quien enunció uno de los primeros conceptos básicos de políticas de comunicación que subscribió con diferentes especialistas de varias naciones, entendida como una serie de normas establecidas para orientar a la acción. Además de enfatizar en su inteligencia y su desenvolvimiento por las causas públicas, que “lo capacitaron no solo para producir documentos académicos, sino para fomentar un debate constructivo entre sus pares y sus seguidores”.

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Foto. : LA RAZÓN-ARCHIVO

Asimismo, en el proceso de recopilar el trabajo más relevante de Beltrán, lo más grato fue encontrar que dejó huella en la gente con la que compartió, sostiene el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal).

Fue así que en la producción audiovisual Voces desde Ecuador se lo destacó como “el periodista, el académico y el ser humano, pues en cada paso ha marcado de manera positiva”.

Beltrán, que apostó por la investigación, una comunicación horizontal y participativa, así como por las políticas de comunicación, falleció en Bolivia el 11 de julio de 2015. Su compañera de vida fue Nora Olaya, su trabajo académico está vigente y siempre será referencia para quien emprenda su camino por el mundo de la comunicación.

OBRA.

Parte de sus publicaciones, como El Gran Comunicador Simón Bolívar —donde habla sobre cómo el libertador logró sus objetivos de independencia y poder a través de la comunicación—, está disponible en la web.

Se suma Adiós a Aristóteles, en el cual critica a los paradigmas de comunicación importados de Estados Unidos; además de Memorias de Papel Sábana: Con la Tinta Impresa en las Venas, un conjunto de crónicas sobre su experiencia como periodista.

Beltrán fue distinguido con el Premio MacLuhan-Teleglobe; recibió también el Cóndor de los Andes y el Premio Nacional de Periodismo de Bolivia, entre otros.